Si te preguntas por qué algunos estudiantes logran grandes logros académicos mientras que otros encuentras tantas dificultades, no encontrarás la respuesta en la inteligencia vista como algo inmodificable que dota a algunas personas para ser buenos estudiantes; sino en desarrollar hábitos, estrategias y mentalidad adecuados.
Hoy sabemos que la inteligencia se compone de una serie de habilidades que todos podemos desarrollar. El éxito académico está al alcance de todos los estudiantes cuando aplican métodos de estudio efectivos, gestionan su tiempo de manera eficiente y adoptan una actitud orientada a la mejora constante.
Los padres tenéis un papel fundamental en el desarrollo de estas habilidades. En esta guía ofreceremos consejos prácticos para que puedan ayudar a sus hijos a desarrollar su potencial.
Los estudiantes exitosos usan su tiempo equilibrando prioridades y evitando la procrastinación. Puede ayudar a su hijo a:
Establecer rutinas: creen horarios de estudio consistentes para reducir la dependencia de la motivación. La constancia creará hábitos de estudio. Recuerden que el éxito proviene del progreso constante, no de la perfección.
Planificar estratégicamente: fomente el establecimiento de objetivos aprendizaje ambiciosos y ayúdelos a dividir estas grandes metas en pasos más pequeños y manejables.
Establecer objetivos: enséñele a crear metas inteligentes (SMART goals): específicas, cuantificables, alcanzables, relevantes y con un tiempo definido.
Priorizar tareas: anímelos a identificar y abordar primero las tareas más importantes, es decir, las que les permiten entrenar y mejorar sus capacidades y talentos.
*Para saber más sobre cómo puedes ayudarles a organizar mejor sus estudios.
El estudio efectivo no solo permite adquirir sólidos aprendizajes, sino también el desarrollo de las capacidades cognitivas de tus hijos.
Incorpore prácticas efectivas de aprendizaje como las siguientes:
Recuperación activa: anímelos a ponerse a prueba probarse sin mirar los apuntes. Un ejercicio fantástico es explicar conceptos en voz alta o pedirles que te enseñen lo que han aprendido.
Repetición espaciada: es importante que vuelvan sobre lo que han estudiado con frecuencia y revisar el material a intervalos regulares.
Práctica intercalada: utilizar diferentes técnicas, mezclar materias y habilidades durante las sesiones de estudio mejora la adaptabilidad y comprensión profunda.
*Para saber más sobre cómo puedes ayudarles a aprender eficientemente.
Creer en la mejora a través del esfuerzo y constancia es fundamental.
Ayude a su hijo a:
Aceptar los desafíos: refuerce la idea de que los errores y dificultades son oportunidades para aprender y mejorar.
Valorar el esfuerzo: elogie el trabajo y las estrategias que ha utilizado para aprender, en lugar de sus habilidades innatas y resultados académicos.
Mantenerse adaptable: anímelos a probar nuevos métodos si algo no funciona.
Incentive la reflexión: la reflexión ayuda a mejorar con el tiempo.
Haga preguntas como:
“¿Crees que te ayudó esta estrategia a alcanzar tus objetivos?”
“¿Qué sí y qué no funcionó durante tu sesión de estudio?”
“¿Qué podrías hacer diferente la próxima vez?”
Un entorno de aprendizaje sin distractores es clave para mantenerse enfocado.
Adaptación ambiental: asigne un espacio tranquilo y organizado para estudiar. Adapte su entorno de estudio para eliminar distracciones retirando los teléfonos y objetos innecesarios.
Fomente descansos regulares: establezcan periodos de trabajo según el tiempo que sea capaz de mantener la concentración, seguidos de breves periodos de descanso.
*Para saber más sobre cómo puedes ayudarles a desarrollar su capacidad de concentración.
Los mejores estudiantes mejoran activamente sus procesos de aprendizaje.
Apoye a sus hijos en:
Metacognición: fomente la reflexione sobre sus hábitos de estudio con preguntas como: “¿Qué funcionó bien? ¿Qué se puede mejorar?”
Resolución de problemas: enséñeles a abordar los desafíos haciendo preguntas, buscando conexiones y aplicando el conocimiento a nuevos contextos.
Colaboración: promueva el estudio con compañeros para hacerlo más estimulante y enriquecedor gracias a compartir diferentes perspectivas y compensar los puntos débiles de unos con las fortalezas de otros.
Comience hoy eligiendo un pequeño paso, ya sea creando un espacio de estudio sin distracciones o introduciendo una técnica de aprendizaje de las recomendaciones anteriores.
Ayudar a su hijo a desarrollar estas habilidades requiere tiempo y paciencia, pero las recompensas a largo plazo son incalculables. Al enfocarse en hábitos constantes, estrategias efectivas y una actitud adecuada, puede guiarlos hacia el éxito académico.
Una experiencia personal:
Siempre pensé que no era lo suficientemente bueno: ni para los estudios, ni para entender lo que todos los demás lograban sin esfuerzo. Las matemáticas eran un caos, me despistaba con una mosca, y organizarme parecía una misión imposible. Mis notas eran tan malas como mi confianza.
Recuerdo una vez, sentado frente a un examen, mirando una hoja casi vacía. En el fondo del aula, escuché risas apagadas. No sé si se reían de mí, pero en ese momento sentí que todos veían lo mismo que yo: no valía para esto.
Lo más duro no era sacar malas notas; era la certeza de que nunca podría cambiarlas. Pero un día, escuché algo que lo transformó todo: la mente se entrena como un músculo. Al principio no lo creí, pero la idea se quedó conmigo. ¿De verdad podía mejorar? Esa pequeña chispa de esperanza fue suficiente para encender algo más grande.
No fue fácil, pero cada pequeño avance me enseñó algo importante: no hay mente torpe, solo habilidades dormidas esperando ser despertadas. Ahora sé que siempre puedo mejorar. Y lo más valioso que descubrí es que cualquiera, como yo, puede cambiar su historia.