¿Has notado que tu hijo parece perderse en sus pensamientos o se distrae con cualquier cosa?
La capacidad de concentrarse es una habilidad que se desarrolla con el tiempo y requiere práctica constante. En un mundo lleno de distracciones, es normal que los estudiantes luchen por mantener su atención donde deberían.
Como padre, podrías preguntarte:
"¿Por qué mi hijo no presta atención en clase si eso significa más trabajo en casa después?
¿Por qué le cuesta tanto concentrarse en sus estudios?
Veamos qué puedes hacer por ellos…
Objetivos poco claros: si no saben qué es exactamente lo que tienen que hacer, su mente tiende divagar.
Falta de motivación: la motivación y la concentración van de la mano, cuando están genuinamente interesados, su atención se enfoca de manera natural.
Hiperestimulación: acostumbrados a estar expuestos a los contenidos hiperestimulantes que les ofrecen las pantallas, pasar al mundo de los libros, hace que rápidamente se aburran y quieran volver a esos mundos donde no tienen que hacer ningún esfuerzo por mantener su atención.
Los objetivos proporcionan dirección y propósito.
Ayuda a tu hijo a definir qué espera lograr en cada sesión de estudio.
Preguntas para reflexionar:
¿Qué quiero aprender hoy?
¿Por qué es importante este tema?
¿Cómo puedo aplicar este conocimiento?
Proporciona tareas desafiantes pero alcanzables. Los retos apropiados mantienen el interés y evitan el aburrimiento o la frustración.
Involucra a tu hijo en actividades que requieran su participación activa como:
Experimentos
Proyectos creativos
Debates sobre el tema
Problemas prácticos aplicados a la vida real
Actuar como un profesor que explique lo que está aprendiendo
El aprendizaje por descubrimiento o indagación consiste en incentivar a los estudiantes a explorar, preguntar y construir sus propias respuestas en lugar de limitarse a memorizar contenido.
Este enfoque fomenta la curiosidad, la concentración y la motivación, ya que los estudiantes se sienten parte activa de su proceso de aprendizaje.
Además, al participar activamente en la búsqueda de soluciones, adquieren habilidades de pensamiento crítico que les serán útiles en el futuro.
Para aplicar esta estrategia en casa, podéis emplear “El sistema del semáforo”:
Luz Roja: Parar y Reflexionar
Antes de comenzar, pausa y reflexiona sobre los objetivos de aprendizaje.
Preguntas clave:
¿Qué sé ya sobre este tema?
¿Qué me resulta interesante o útil?
¿Qué problemas puedo resolver con esta información?
Luz Verde: Responder y Solucionar
Después de establecer objetivos claros, procede con las actividades de aprendizaje.
Alternar entre Rojo y Verde: una vez resuelta la pregunta, asegúrate de que puede explicarlo o ponerlo en práctica sin ayuda y vuelve a plantear nuevas preguntas.
El cerebro necesita descanso para funcionar de manera óptima.
Utiliza estrategias que alternan períodos de estudio con breves descansos, como la técnica Pomodoro.
Anima a tus hijos a revisar previamente el material que verá en clase. Esto crea familiaridad con el contenido y despierta su interés. Si consigues que llegue a clase teniendo una idea clara de por qué ese tema es importante y cómo se estructura, le resultará mucho más sencillo seguir la clase sin perderse.
Actividades de Anticipación:
Explorar juntos el temario y discutir qué temas le parecen más interesantes.
Investigar cómo se aplica el tema en situaciones reales.
Plantear preguntas sobre lo que aún no conoce, pero le gustaría aprender.
Mejorar la concentración de tus hijos es un proceso que requiere paciencia y constancia.
Al aplicar estas estrategias, estarás proporcionándole las herramientas necesarias para desarrollar una habilidad esencial que le beneficiará en todas las áreas de su vida.
Crea un ambiente ordenado sin distractores como el teléfono móvil.
Ayúdales a crear objetivos claros basados en preguntas o problemas.
Divide sus sesiones de estudio en periodos alternos de concentración y descanso.
Utiliza la estrategia de anticipación asegurándote de que van a clase conociendo la importancia del tema que se impartirá.
Reduce la hiperestimulación reduciendo al máximo el tiempo que pasan delante de las pantallas consumiendo contenido de entretenimiento y videojuegos no educativos.
Una experiencia personal:
Nunca estoy donde se supone que debería estar.
Mi mente se escapa por las rendijas del aula. Mientras tanto, a mi alrededor, las voces suenan opacas, tan monótonas como el zumbido de un ventilador. Los profesores desmenuza nombres de ciudades remotas, estructuras gramaticales rígidas, temas que jamás consiguen retenerme.
¿Por qué perder un minuto con esa letanía externa si en puedo ir adonde quiera?
Durante un tiempo creí haber adquirido un superpoder: teletransportarme a mi propio mundo, un lugar donde todo me resulta fascinante y donde ocurre justo lo que deseo. Pero estaba pagando un alto precio, en cada salto, la vida real seguía y yo me la estaba perdiendo.
Así que desarrollé otro superpoder que superaba con creces al anterior: estar atento a cada instante de mi vida.
Focus: Desarrollar la atención para alcanzar la excelencia
Daniel Goleman
Nuestro nuevo cerebro
Richard Restak