¿Has notado que tu hijo, a pesar de dedicarle mucho tiempo a sus estudios, parece no retener la información?
¿Te preocupa que, a pesar de su esfuerzo y el tiempo invertido, los resultados no sean los esperados?
Es una situación común en muchos hogares. La buena noticia es que existen formas de cambiar esta realidad.
Es paradójico: desde la infancia, se les pide a los estudiantes que aprendan y asimilen conocimientos, pero rara vez se les enseña cómo hacerlo de manera efectiva.
Al igual que si un carpintero no sabe cómo utilizar sus herramientas, difícilmente va a poder hacer bien su trabajo, los estudiantes que no conocen cómo aprende su cerebro y los principios que lo posibilitan, difícilmente aprenderán.
Nuestro cerebro no está diseñado para memorizar información sin sentido. Diariamente, filtramos innumerables estímulos para enfocarnos en lo que consideramos importante. Si estudiamos sin darle significado a lo que leemos, nuestra mente descartará esa información rápidamente.
Imagina que recordáramos cada palabra, sonido u objeto que percibimos, nuestro cerebro se saturaría. Por eso, es esencial que los estudiantes encuentren sentido y conexión en lo que aprenden.
Cuando los estudiantes utilizan métodos ineficientes como releer, subrayar sin sentido o copiar apuntes sin comprensión, suelen enfrentar:
Frustración y desánimo: al percibir que los resultados no son acordes al tiempo y esfuerzo invertidos, pueden pensar que no son inteligentes o que tienen mala memoria.
Estrés y ansiedad: la falta de comprensión profunda genera inseguridad y nerviosismo ante exámenes o evaluaciones.
Aburrimiento y falta de motivación: estudiar se vuelve una tarea tediosa, disminuyendo el interés por aprender.
Estancamiento académico: sin desarrollar habilidades cognitivas, inician cada curso en el mismo nivel que el anterior.
Es fundamental que los estudiantes conozcan cómo funciona su cerebro y utilicen técnicas basadas en los siguientes principios que posibilitan el aprendizaje.
El aprendizaje se fortalece al conectar nueva información con conocimientos previos.
Puedes ayudar a tu hijo a:
Relacionar conceptos nuevos con temas que le interesan.
Comparar lo que aprende con experiencias personales.
Crear categorías y mapas mentales que agrupen y relacionen la información.
La repetición pasiva no es efectiva.
En su lugar:
Anima a tu hijo a explicar con sus propias palabras lo que ha aprendido.
Practica con preguntas o ejercicios sin consultar los apuntes.
Utiliza técnicas como tarjetas didácticas para autoevaluarse.
Según la curva del olvido de Ebbinghaus, necesitamos repasar información en intervalos regulares para retenerla a largo plazo.
Programa sesiones de repaso periódicas en intervalos de tiempo crecientes (como vimos en el artículo sobre programación del estudio).
Evita las sesiones maratónicas de estudio; es mejor aprender en bloques más cortos y distribuidos.
Para construir una red sólida de conocimientos, debemos crear diferentes rutas neuronales que permita acceder a la información de forma eficiente gracias a haberse expuesto al contenido desde varios puntos de vista y manipulándola en diferentes niveles de complejidad. Es decir, cada vez que su hijo vuelva a repasar lo aprendido, debe testear su conocimiento utilizando una técnica de estudio diferente y más desafiante.
Combina y conecta distintas materias.
Incentiva el uso de diferentes técnicas de estudio. Asegúrate de que nunca repasa de la misma manera en la que lo estudió previamente.
Rutinas estables: definid horarios equilibrados para estudiar, descansar y realizar actividades recreativas.
Programación del estudio: cread programas de estudio que clarifiquen qué, cómo y cuándo estudiar.
Interés y apoyo: preocúpate genuinamente por lo que le gustaría aprender y diseñad estrategias de aprendizaje eficientes.
Ánimo y progreso: escucha sus preocupaciones y celebra sus logros, por pequeños que sean.
Enseña y practica técnicas efectivas: utilicen métodos de aprendizaje activo con técnicas variadas como mapas mentales, tarjetas didácticas y debates.
Puesta en práctica y seguimiento: asegúrate de que está cumpliendo sus objetivos de aprendizaje al desafiarlo a que sea capaz de aplicar el conocimiento en casos prácticos que le resulten interesantes.
Recuerda:
Aprender a aprender es una habilidad que marcará la diferencia en la vida académica y personal de tus hijos.
Al entender y aplicar principios de aprendizaje eficaces, podrán:
Maximizar su potencial: desarrollar habilidades cognitivas y creativas.
Disfrutar del proceso: encontrar motivación y placer en el estudio.
Construir confianza: sentirse seguros de sus capacidades y enfrentar desafíos con optimismo.
Para saber más sobre las técnicas de aprendizaje eficientes:
Si te gustaría saber más sobre cuáles son las técnicas de aprendizaje que mejor funcionan, clica en el enlace y visita la página dedicada a ellas. Así podrás ayudar a tus hijos a implementarlas hoy mismo.
Juntos podemos ayudarles a alcanzar su increíble potencial y a disfrutar del apasionante camino hacia el conocimiento.
Una experiencia personal:
Tardes interminables delante de los libros.
Mi madre tratando de ayudarme leyéndome el temario y simplificándolo, proponiéndome reglas mnemotécnicas y repasándolo todo una y otra vez.
Tenía disciplina, ganas de sacar buenas notas y el apoyo de mis padres y profesores particulares. ¿Por qué me costaba tanto aprender?
Ahora lo sé, simplemente no sabía cómo hacerlo.